sábado, 14 de abril de 2012

- Mitos 1000. Rita Hayworth -


En muchos de los blogs que frecuento, tienen como mito a Audrey Hepburn, y no es que no me guste, sino que me parece demasiado típica.

Es ésta la que me ha fascinado siempre desde que tengo 10/11 años: Rita Hayworth.

De ascendencia española por parte de padre, de quien se decía que abusaba de ella en todos los aspectos posibles (nunca fue confirmado), e irlandesa de madre; Margarita Carmen Cansino inició su carrera bailando a los 13 años con su padre en distintos espectáculos, hasta que su primer marido, logró introducirla en el cine: al principio se volvió loco por ella: tenía una belleza dulce, fuerte y elegante al mismo tiempo; y después por su billetera.

Comenzó en películas que divinamente llamamos "de serie B", o lo que viene siendo, "películas truño" donde destacaba sobre el resto del reparto lamentable, porque además de guapa, tenía talento y dotes para la danza.

Ese marido listo del que hablaba antes, consiguió que Columbia Pictures la contratara tras ser rechazada por la todopoderosa Twenty Century Fox, e hizo de ella su gran inversión. No pasaría desapercibida en Columbia, donde necesitaban estrellas mediáticas de las que sacar tajada, y aquí llego Margarita, que en un santiamén pasó a ser Rita Hayworth (apaño de su segundo apellido) y una mina de oro.

Un par de pelis... de esas en las que se empiezan a fijar en ella, y la Twenty decide que ahora la quiere, y como la pagan más, el marido ese tan listo del que seguimos hablando, vé el percal, y les pasa el DNI y la cuota de SS pertinente para firmar el contrato de su parienta.

Fue lo mejor que hizo por ella, los del león que ruge la lanzaron al estrellato definitivamente en "Sangre y Arena" y después la convertirían en el mito que es hoy en día gracias a un streap-tease indecente para la época, y que pasaría indiferente en nuestros días: un par de guantes volando en medio de un baile provocado por la gran borrachera de la prota, y una "guantá" que su gran amigo Glenn Ford le propinó para que, como dice la historia, no pronunciara una palabrota que tenía que decir por guión, y que podría haber hundido su carrera entonces.

Curioso fue que la campaña de promoción de ésta película destacaba éstas dos partes, la gente fue en masas al cine sólo para ver ésta escena y sin prestarle mucha más atención al resto de la peli, que por lo demás, era bastante floja fuera de esas dos escenas.

Rita se convirtió en Gilda para el resto del universo, mito sexual y póster obligado en cárceles y zonas rurales.

Ella no disfrutó de su éxito, era una imagen sobre-explotada, un juguete manejado de unas manos a otras,y dicen, buscando estabilidad en los demás. El dinero lo veían o sus maridos, o sus representantes, básicamente.

Se casó hasa en 5 ocasiones, una de ellas con Orson Welles (una parodia real de La Bella y La Bestia) quien parece que la utilizara únicamente para culminar su película "La Dama de Shangai" en la que cortó su cabellera pelirroja (aquello que la diferenciaba del resto) y la dejara pelaíta y rubia, la dejó sola y abandonada a su suerte al final de la peli, y algo así hizo después de estrenarla, pero en la vida real.

Después de Gilda, no volvió a dar un trallazo semejante, se casó 3 veces más, una de ellas con un príncipe (Alí Khan), que le dio una hija, que sería princesa, aunque ella no. Tras la tercera ruptura matrimonial sería cuando soltó su frase hipermegafamosa en una entrevista: "Los hombres se acuestan con Gilda, pero se levantan con Rita". Aunque yo me quedo con una de la película del mismo nombre:

"Si fuera un rancho, me llamarían Tierra de Nadie".- Que la describe mucho más de lo que pudo hacer ella.

Murió de Alzheimer cuando la enfermedad ni siquiera era conocida, se la diagnosticaron tarde, olvidando su pasado (suena curioso), y sin saber lo que estaba padeciendo, se refugió en el alcohol totalmente desorientada.

¿Qué me fascina de ella? Pues sinceramente no lo sé, porque ni su vida la quiero para mí, ni siquiera la película que la convirtió en mito me gusta, será que tendemos a posicionarnos del lado de la víctima, pero hay fotos como la que sigue, que tienen una doble lectura: el antes y el después de conocer su vida real.


El antes: cuando piensas en lo feliz que tiene que ser una persona con tanto éxito y que expresa en su sonrisa dulce y tranquila.



El después: cuando te das cuenta de que incluso tras una existencia desgraciada, se puede sonreir a la vida esperando que llegue "algo mejor" sin perder ni un ápice de dulzura.


Añado uno de las cienes de biografías que se han hecho sobre ella, y que por supuesto, me he tragado como la fan que soy. Que la disfrutéis.



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