domingo, 30 de enero de 2011
- Amor Y Otras Drogas -
Con respeto y humor inteligente, nos encontramos ante una historia chico conoce chica enferma, sin caer en el melodrama ni la frivolidad. Como revela la propia sinopsis, los protagonistas (la princesa que da la sorpresa, y el cada día más respetable Jacke Gilenhaal) son, comercial de medicamentos uno, y enferma de Párkinson la otra; ellos y su relación meramente sexual ambientada en los 90, son el centro de ésta historia.
He creído ver en su ambientación en los 90, un guiño a la fructífera época de películas de éste género. Aparte de que en algún momento Hathaway parece una joven Julia Roberts
No descubre nada nuevo, es la forma de contarlo lo que te deja clavado en la butaca sin querer perderte ni uno sólo de los mordaces diálogos. Recomiendo verla en V.O., los actores están insuperables; me sorprendió gratamente Anne Hathaway, impecable y adorable a partes iguales, trata un tema difícil con mucha dulzura y respeto. Por no hablar de su partenaire, que sostiene un personaje intenso a veces cómico, a veces canalla y tan cercano que se ponen los pelos como escarpias.
La química entre ambos es de agradecer, éstos 2 valientes salen casi más tiempo desnudos que vestidos; su naturalidad se transmite al espectador, pues no obstante, lo antinatural sería que no enseñaras las carnes a tu pareja en la intimidad de tu casa. Desnudos, sí, pero no gratuítos, hechos con gusto y elegancia (no te quedas mirando la teta de la princesa Disney, la escena entera la eclipsa). Entre ellos 2 hay una mirada muy bonita que traspasa la pantalla, y que muestra un trabajo actoral preparatorio admirable: se escuchan, se quieren, se sufren y se aman. Es muy real y se agradece como espectador.
Actores secundarios de lujo, como un recuperado Oliver Platt al que hacía mucho que no veía; o Hank Azaria como el Doctor Knight (jamás podré olvidarme de su papelón en "Una Jaula De Grillos"), acompañan a la pareja hasta las últimas consecuencias. Pero lo que realmente me maravilló, es el guión: no cansa, no cae en tipiquismos, tratado con gran inteligencia, y dureza sin ir a la lágrima fácil ni edulcorarlo en exceso.
Es de esas películas que el género necesitaba para enriquecerse, donde el amor es una droga "curativa", y su historia es una muy buena receta.
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